sábado, 23 de julio de 2011

Las manos de América


Alto, muy alto. Y amable, afable, de buen trato, y siempre con una sonrisa dibujada en su rostro. La imagen inconfundible de Fernando Muslera atrae miradas, por su porte, por su indumentaria, y porque su cara es más que familiar en todos lados. El arquero-niño hoy está en boca de todos, tan es así que muchos lo mencionan como candidato a quedarse con el trofeo al mejor jugador de la copa.



"No.... la verdad es que no escuché nada, pero sería un orgullo recibir un premio de esas características, pero primero quiero lograr el título, ese sueño que acunamos en el grupo desde el primer día que llegamos. Ese es el objetivo, si después llega lo otro, mejor", dice.



Y resalta el camino que transita desde hace tiempo. "Sería notable poder coronar todo el esfuerzo con el campeonato porque el grupo se lo merece y queremos darle una alegría a la gente, que nos apoya siempre".



Es consciente que se fue de menos a más, y que el punto de inflexión se logró, precisamente frente a la selección argentina. "Después del partido nos dimos cuenta que la banda está salada (se ríe), que estábamos para grandes cosas y que transitábamos el camino correcto", dice. Destaca lo mejor de este plantel, de la convivencia y de esa unión que lo ha sacado de situaciones límites en más de una oportunidad. "La calidad humana del grupo es clave, es un grupo de amigos que tiene muchos objetivos por delante".



Pero Muslera también destaca lo que pocos conocen: "Es un grupo de amigos, pero hay límites... en las bromas, en los dichos... hay que convivir, hay que entrenar, que trabajar, y las cosas se dan hasta cierto punto".



Claro, no todo fue con viento a favor, hubo tormentas que hoy quedan como amargos recuerdos. "No sé si tomarlo como una revancha, fueron críticas duras, pero por suerte tanto Juan (Castillo) como yo recibimos el apoyo de todos. Tuvimos una charla con el maestro Tabárez y se sintió el resplado de los compañeros", dice.



Hasta que llegó la hora del análisis, del rival, de la final, de los penales. De los momentos que le tocó vivir de un año a esta parte: "Yo le digo al Loco (Abreu) vos te llevaste las palmas por la picadita, pero mirá que yo atajé dos penales (se ríe) y es la verdad... pero por suerte ya pasó, ya logramos hacer un buen Mundial y regresamos a Uruguay a los primeros puestos mundiales, nos miran con otro respeto", dice.



Y habla del futuro.... "a Paraguay lo vimos en casi todos los partidos, pasó lo mismo con los rivales anteriores. Lo hemos seguido, sabemos que es un rival difícil y que tiene buenos jugadores. Haedo Valdez va bien por arriba, Barreto pega de lejos... tenemos referencias, y tuvimos oportunidad de seguir lo que hizo", agrega.



Un tema que no quedó afuera, fue el de los penales. "Y.... ojalá no lleguemos a esa instancia y podamos resolver el partido antes. ¿Cábala? Noooo.... no los miro porque así no sufro, no quiero mirar a mis compañeros, nada más, quiero escuchar sólo el grito de gol", dice mientras suelta una sonrisa.



"Lo del Galatasaray está hecho... pero no quiero ponerme a pensar en eso, quiero meterme de lleno con Paraguay. Algo con Lugano hablamos, pero sobre todo lo que significa el clásico Fenerbahce-Galatasaray, ya me dijo que no terminan bien, así que que voy a tener que llevar guantes de boxeo en vez de guantes de arquero", tira, saluda y se va.



Fuente: Ovación.

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